Cuando piensan en cine seguramente se les venga a la mente Hollywood.

Es allí donde ubicamos las grandes producciones audiovisuales, o por lo menos aquellas que suelen dejar una huella imborrable en nosotros. Sin embargo, la gran mayoría de las cintas no se ruedan en su totalidad en Estados Unidos, sino que los equipos de rodaje se desplazan hasta otros países para conseguir las mejores localizaciones posibles.
Las imponentes playas de México, así como sus increíbles parajes naturales, hacen de nuestro país uno de los destinos más visitados por las cámaras. Si no se quieren perder un México de cine, sigan leyendo.
Los Cabos (Baja California)
Las increíbles playas de Los Cabos han sido durante siglos el telón de fondo de innumerables historias, sobre todo románticas. La espectacularidad de sus aguas cristalinas ha llevado a muchos a realizar sus proposiciones de matrimonio en estos bellos parajes naturales. Y aunque a día de hoy parece que están cambiando las normas y cada vez son más los que eligen localizaciones menos concurridas, como el volcán escogido por Eugene Katchalov para su propuesta, lo cierto es que las paradisíacas playas de Los Cabos continúan siendo un acierto seguro. Tanto es así que una de las playas recibe el nombre de Playa Amor.
Precisamente el amor fue lo que motivó el secuestro de Helena a manos de Paris en Troya, la cinta que se filmó en Los Cabos. Las aguas cristalinas y las playas de arena dorada que emulan a las costas griegas y que podemos ver en la película protagonizada por Brad Pitt, son en realidad mexicanas. Una de las escenas más llamativas que se rodaron en estas playas fue la del desembarco de la flota de aqueos que llegan hasta Troya para matar a Paris y recuperar a Helena. 
Gracias a la película, Los Cabos aumentó todavía más su interés turístico, ya de por sí elevado. Además de sus playas, también pueden visitar la Ruta de las Misiones, en donde en función a la época del año en la que vayan podrán ver ballenas.
 Huasca de Ocampo (Hidalgo)
El precioso y mágico pueblo de Huasca de Ocampo atesora en su interior uno de los lugares más fílmicos de nuestra historia. Se trata de la antigua Hacienda de Santa María Regla, una construcción del siglo XVIII que en la actualidad se ha convertido en un hotel y que está rodeada por imponentes cascadas y arroyos. En sus estancias se rodó una de las escenas más recordadas del cine, como lo es el momento en el que El Zorro realiza su marca en las ropas de Elena. La escena, como muchos ya han adivinado, pertenece a la popular cinta La Máscara del Zorro, rodada en 1998 y protagonizada por Antonio Banderas, Catherine Zeta-Jones y Anthony Hopkins. 
Al tratarse de una historia que se sitúa en los primeros años del siglo XIX en México, época marcada por la Independencia del país del control español, toda la cinta se rodó en nuestro país. De esta forma, los interiores fueron filmados en los estudios Churubusco, ubicados en Ciudad de México, mientras que para los exteriores se recurrió a diferentes espacios naturales de gran belleza que han permanecido casi sin alteraciones desde el siglo XIX, como las espectaculares playas de Guaymas (Sonora) en donde el mar se da la mano con el desierto, o a lugares en los que todavía perviven construcciones de la época, como en Tlaxcala y en San Luis Potosí.
Real de Catorce (San Luis Potosí)
Si en La Máscara del Zorro San Luís Potosí tenía un papel secundario, en La Mexicana se convierte en protagonista de la cinta junto a Julia Roberts y Brad Pitt. En concreto destaca Real de Catorce, un pueblo mágico que vivió un auténtico boom turístico tras la filmación de la película en el año 2001. Han pasado casi 20 años desde que Pitt y Roberts recorrieran las calles de Real de Catorce pero su encanto sigue intacto, al igual que parte de su arquitectura colonial, como el Palenque de Gallos y la Plaza de toros (ambos realizados en cantera rosa y con un estilo único), o el Tempo de la Purísima Concepción. Otro atractivo para visitar Pueblo de Catorce es el Túnel Ogarrio, que cuenta con más de 2 kilómetros de longitud y se posiciona como el único modo de acceder a este bello pueblo.
Veracruz
Nuestra cultura maya es uno de los mayores atractivos con los que cuenta el país. Cada año, millones de personas de todo el mundo se desplazan hasta México para disfrutar de los yacimientos arqueológicos de la Riviera Maya y trasladarse, solo de manera momentánea, a los orígenes de nuestra tierra. El interés por estos orígenes es precisamente lo que motivó a Mel Gibson a filmar la película Apocalypto que narra, no sin cierta polémica, la vida de los habitantes de estas tierras antes de la llegada de los conquistadores españoles. 
Para ofrecer una visión lo más fidedigna posible a la historia, el director estadounidense se desplazó hasta el Estado de Veracruz para rodar la producción. Entre las localizaciones escogidas destacan Paso de Ovejas, Catemaco y San Andrés Tuxtla. De esta última es fácil reconocer en el metraje de la cinta lugares muy visitados por los turistas como la increíble cascada de el Salto de Eyipantla o la Laguna Encantada, llamada así por su misterioso cambio en el nivel de agua.
Puerto Vallarta 
Cerramos este repaso cinematográfico ofreciéndoles una opción de destino que les servirá para experimentar en primera persona cómo la filmación de una producción audiovisual puede acabar modificando el espacio en el que fue rodada. 
A mediados de la década de los 60, el popular director de cine John Huston se trasladó hasta Puerto Vallarta para grabar La Noche de la Iguana, una cinta que narraba la historia de un sacerdote reconvertido a guía turístico y que estaba protagonizada por Richard Burton, Ava Gardner y Deborah Kerr. Por aquel entonces Puerto Vallarta era poco más que un pueblo pesquero y la Playa Mismaloya un arenal de inmensa belleza del que disfrutaban los vecinos de la zona.
Tras el estreno de la película, el interés en Puerto Vallarta comenzó a crecer hasta convertirse en lo que es hoy día: uno de los puntos turísticos más importantes del país y que recibe al año miles de visitantes.
Si quieren ver cuánto ha cambiado esta preciosa región en el medio siglo que ha pasado desde el rodaje, no duden en visionar la película antes de viajar a Puerto Vallarta. Seguro que el resultado les sorprenderá.