El camino al cenote Balmí es un hermoso sendero poblado por mariposas, que culmina en la entrada a la gruta con un imponente álamo cuyas raíces dejan entrar una pequeña estela de luz que ilumina la poza natural de agua turquesa diez metros bajo el suelo.
Su profundidad máxima de 8 metros la vuelve un lugar apto para personas de todas las edades, pero que sepan nadar perfectamente.