En la costa chiapaneca, resplandece un rincón de biodiversidad incomparable: la Reserva de la Biósfera La Encrucijada. Este tesoro ecológico, situado en la región del Pacífico mexicano, es un testimonio de la exuberancia natural de Chiapas y un destino turístico único que ofrece una conexión auténtica con la naturaleza. En este texto, exploraremos las maravillas de La Encrucijada, destacando su rica biodiversidad, sus ecosistemas únicos y el compromiso de Chiapas con la conservación ambiental.
La Reserva de la Biósfera La Encrucijada es una joya que abarca más de 144,000 hectáreas de manglares, estuarios, ríos y selvas. Su nombre evoca la convergencia de diversos ecosistemas, creando un lugar de encuentro único para una variada gama de flora y fauna. Este santuario natural es reconocido internacionalmente como un sitio Ramsar, designación que destaca su importancia como humedal de relevancia mundial.
En el corazón de La Encrucijada, los manglares se erigen como protagonistas indiscutibles. Estos bosques anfibios, con sus raíces enredadas y su resistencia a las mareas, albergan una vida vibrante y son esenciales para la salud del ecosistema. Navegar por los canales entre los manglares es una experiencia única que permite a los visitantes sumergirse en un laberinto verde donde la vida bulle en cada rincón.
Una de las especies emblemáticas que encuentran refugio en La Encrucijada es el cocodrilo de pantano, una especie en peligro de extinción. Los manglares proporcionan el entorno ideal para su reproducción y crecimiento. Los visitantes pueden tener la oportunidad de avistar estos majestuosos reptiles mientras se deslizan silenciosamente entre las aguas tranquilas.
La avifauna es otro tesoro de la reserva, convirtiéndola en un paraíso para los amantes de la observación de aves. Desde el imponente águila pescadora hasta los coloridos tucanes, La Encrucijada alberga una variedad impresionante de aves acuáticas y migratorias. Los humedales proporcionan hábitats ideales para la alimentación y descanso de estas especies, convirtiéndola en una parada crucial en sus rutas migratorias.
La conexión con la naturaleza en La Encrucijada va más allá de la observación de la fauna. Los numerosos senderos que serpentean a través de la selva permiten a los visitantes explorar los diferentes ecosistemas de la reserva. La diversidad de plantas, desde orquídeas hasta palmas, revela la riqueza botánica de esta región costera.
Para aquellos que buscan una experiencia más activa, La Encrucijada ofrece opciones como el kayak y el ecoturismo. Remar a través de los manglares proporciona una perspectiva única de este ecosistema dinámico, permitiendo a los aventureros acercarse a la vida silvestre mientras se sumergen en la serenidad del entorno.
El turismo en La Encrucijada también está marcado por el compromiso con la sostenibilidad. Las autoridades locales, junto con comunidades indígenas, han implementado medidas para proteger y conservar este paraíso natural. Programas educativos, campañas de concientización y prácticas turísticas responsables son parte integral de la gestión de la reserva, asegurando que las generaciones futuras puedan disfrutar de este tesoro ecológico.
Además de su valor ecológico, La Encrucijada tiene un significado cultural profundo. La presencia de comunidades indígenas que han coexistido con la naturaleza durante siglos agrega una capa adicional de riqueza a la experiencia del visitante. Los viajeros tienen la oportunidad de sumergirse en la rica herencia cultural de la región, aprendiendo sobre tradiciones, artesanías y prácticas que han perdurado a lo largo del tiempo.
En conclusión, la Reserva de la Biósfera La Encrucijada es un destino que encapsula la esencia de la biodiversidad chiapaneca. Su riqueza natural, desde los manglares hasta la diversidad de aves, ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza y la aventura. Más allá de su atractivo turístico, La Encrucijada representa un faro de conservación y sostenibilidad, demostrando que es posible disfrutar de la belleza de la naturaleza sin comprometer su integridad. Chiapas, a través de este santuario ecológico, nos invita a descubrir y preservar la maravilla de La Encrucijada.
La Barra Zacapulco se caracteriza por sus grandes extensiones de esteros naturales con manglares y mar abierto, además de que se encuentra dentro de la Reserva de la Biósfera La Encrucijada. En esta zona se pueden observar los mangles más altos del Pacífico mexicano, siempre verdes y hasta de 35 metros de altura, así como la fauna del lugar, en la que destacan más de 90 especies de aves migratorias, como la cerceta azul, el pelícano blanco y el sanquilargo, así como aves raras que utilizan el área como sitio de anidación.
En la Barra Zacapulco se pueden disfrutar diversos servicios, como hoteles, restaurantes, cabañas y atracciones acuáticas.
Horario
Lunes a domingo 24 horas.
Tarifas
Variables previa reservación.
Contacto
Teléfono: 045(918) 101 7292 / 01(918) 100 7030
Correo: barra_zacapulco@hotmail.com
Sitio web: www.turismochiapas.gob.mx
Ubicación
Acapetahua, Barra de Zacapulco, Chiapas