El hechizo de la música de mariachi, acompañada de un delicioso tequila y de la cocina tradicional de nuestro país, manifestada en platillos como tacos, la pancita, el pozole y la birria. Todo ello ha formado parte del atractivo de Garibaldi en los últimos 85 años. Esta formidable plaza, aún en la actualidad, es uno de los lugares nocturnos más visitados de la capital mexicana, tanto por los turistas nacionales, como también para los turistas procedentes de otras latitudes.
Plaza Garibaldi tiene raíces humildes, puesto que, en tiempos prehispánicos, allí se extendía el barrio de Cuepopan, uno de los cuatro barrios que integraban la imponente ubre lacustre de Tenochtitlan. En la época del Virreinato, a Garibaldi se le conocía como la Plazuela del Jardín, aun cuando su trazo actual aún no estaba definido plenamente. En ese entonces Garibaldi estaba rodeado de jacales donde habitaban indígenas, que eran considerados en la ciudad como ladrones y vagabundos. Es importante recordar que esta parte de la ciudad, estaba fuera de la original proyección urbana de la capital novohispana.
En el siglo XIX se establecieron en el lugar, diversas pulquerías, que se hicieron muy populares entre los habitantes de la zona. En aquellos años, las pulquerías únicamente podían vender su producto en pequeñas ventanas por entre sus fachadas, puesto que no podía acceder al local. Por lo consiguiente, quienes gustaban de beber pulque no tenían otra alternativa que consumirlo en la plazuela y de esta manera comenzó a adoptar su proyección fiestera.
Este formidable barrio, recibe a los visitantes con una gran estructura metálica que sirve como sede del Museo del Tequila y del Mezcal. Allí se pueden conocer los mecanismos de producción industrial y artesanal tanto del tequila como del mezcal, desde que la planta es cortada, hasta que se envasa. También se nos presentan algunos antecedentes históricos sobre el mariachi y sobre la propia plaza.
En años recientes, la plaza ha sido objeto de una profunda remodelación, y desde entonces incluye varios jóvenes árboles en sus numerosos arriates. En ellos los visitantes se pueden sentar para escuchar a los mariachis, con sus característicos, guitarrones, trompetas, guitarras y violines.
Por otro lado, existen en el lugar abundantes postes de alumbrado y en las cercanías existen grandes casas de sencillas fachadas. Hacia el sur de la plaza, hay un gran portal con sólidas columnas que alberga un centro de diversión nocturna y un restaurante.
En los alrededores del barrio de Garibaldi, entre altas palmeras, aparecen esculturas de importantes figuras de la música vernácula, como Javier Solís, Pedro Infante, Lola Beltrán, etc. No se puede dejar de recomendar al salón Tenampa, con más de 85 años de historia y tradición y también, el Mercado de San Camilito, un galerón de grandes dimensiones en donde se puede gozar de la gastronomía típica de nuestro país, en sus varias fondas.
Se puede llegar al Barrio de Garibaldi utilizando vías públicas como Avenida Insurgentes, Avenida Lázaro Cárdenas, el Viaducto Miguel Alemán, y la Calzada de Tlalpan. En cuanto al transporte público recomendable para arribar a Garibaldi, hay que mencionar las líneas 2,8 y B del Metro, la Línea A y LL del trolebús y las líneas A1 y A2 del metrobús.
Plaza Garibaldi comenzó a destacar en la historia de la capital mexicana, al convertirse en la sede, en el año de 1871, del controvertido mercado de El Baratillo, en donde se comercializaban baratijas, objetos usados e incluso pertenencias robadas. Por ser un espacio donde ocurrían diferentes asaltos y abusos, los comerciantes de este mercado sugirieron la construcción de una estructura de mampostería, sin embargo, la idea no posperó.
Al pasear por el barrio de Garibaldi, es interesante saber que en el año de 1884 se le dio luz verde a la desaparición de este espacio comercial. No obstante mucha gente continuó con la venta de sus productos. Por ejemplo, allí era fácil encontrar zapatos, fierros, hojalatería y objetos de fontanería. También abundaban los puestos de comida y las tradicionales pulquerías, que siguieron creciendo en número y cantidad de clientes.
Garibaldi es un conocido y animado lugar en la Ciudad de México, famoso por su música y ambiente festivo. Aquí hay algunas formas de divertirse en Garibaldi:
Disfruta de la música: Garibaldi es conocido por ser el hogar de los famosos mariachis. Puedes pasar un buen rato escuchando música en vivo y disfrutar de canciones tradicionales mexicanas interpretadas por talentosos músicos.
Baila y canta: Muchos lugares en Garibaldi tienen pistas de baile donde puedes moverte al ritmo de la música de mariachi. Únete a la diversión y canta tus canciones favoritas con el acompañamiento de los músicos.
Explora los restaurantes y bares: En Garibaldi encontrarás una amplia variedad de restaurantes y bares donde puedes disfrutar de deliciosa comida mexicana y bebidas tradicionales. Aprovecha para probar platillos típicos y disfrutar de la atmósfera festiva.
Visita el Museo del Tequila y el Mezcal: Si te interesa aprender más sobre las bebidas tradicionales de México, puedes visitar este museo ubicado en Garibaldi. Podrás conocer la historia y el proceso de elaboración del tequila y el mezcal, así como hacer catas y degustaciones.
Recorre el Mercado de Artesanías: Este mercado es un lugar ideal para adquirir souvenirs y artesanías mexicanas. Podrás encontrar una gran variedad de productos, como sombreros, instrumentos musicales, ropa típica y mucho más.
En Garibaldi, encontrarás una variedad de opciones para disfrutar de la deliciosa comida mexicana. Aquí hay algunas sugerencias de platillos que puedes probar:
Tacos al pastor: Estos son un clásico en México. Los tacos al pastor consisten en carne de cerdo marinada con especias, asada en un trompo vertical y servida en tortillas de maíz con cilantro, cebolla y salsa.
Pozole: Es un guiso tradicional mexicano a base de maíz y carne de cerdo o pollo. El pozole se sirve con acompañamientos como lechuga, rábano, cebolla, limón y chile, y es perfecto para disfrutar en un día fresco.
Tamales: Los tamales son un platillo típico mexicano que consiste en masa de maíz rellena con diferentes ingredientes, como carne, queso, chile o frijoles, envuelta en hojas de maíz o de plátano, y cocida al vapor.
Enchiladas: Las enchiladas son tortillas de maíz rellenas de carne, queso o frijoles, bañadas en una salsa de chile y cubiertas con crema, queso rallado y cebolla. Son una delicia que no puedes dejar de probar.
Chiles en nogada: Este es un platillo tradicional mexicano, especialmente popular durante la temporada de septiembre, que consiste en chiles poblanos rellenos de picadillo de carne, cubiertos con una salsa de nueces y decorados con granada y perejil. Es un platillo colorido y lleno de sabores.
Además de estos platillos, también puedes disfrutar de antojitos mexicanos como quesadillas, sopes, gorditas, entre otros. Recuerda que en Garibaldi encontrarás restaurantes y puestos de comida donde podrás probar estas delicias culinarias.