Enclavado en el corazón del semidesierto potosino, el Centro Vacacional Balneario Lourdes es mucho más que un simple balneario. Su historia comienza a principios del siglo XX, cuando las propiedades del manantial de aguas termales que brota en la zona comenzaron a ganar fama por sus beneficios curativos. A lo largo de los años, ese sitio se fue transformando en un espacio dedicado al descanso, el bienestar y la conexión con la naturaleza.

Ubicado entre Santa María del Río y Tierra Nueva, este centro vacacional conserva el encanto de las viejas haciendas. El ambiente rural, los muros antiguos y la presencia constante del agua convierten a Lourdes en un lugar único, donde el tiempo parece avanzar con más calma. Es un destino ideal para quienes buscan un descanso profundo y un entorno tranquilo, lejos del bullicio de la ciudad.

El poder curativo de sus aguas termales

El principal atractivo de Lourdes es, sin duda, su manantial de aguas termales. Estas aguas brotan a temperaturas que oscilan entre los 31 y 35 grados centígrados, y están enriquecidas con minerales como calcio, magnesio y bicarbonato. Durante décadas, se ha hablado de sus propiedades terapéuticas, recomendadas para tratar afecciones respiratorias, problemas en la piel, dolores musculares y trastornos digestivos.

Sumergirse en sus albercas, jacuzzis o tinas de hidromasaje es una experiencia reconfortante. El cuerpo se relaja casi de inmediato, y la mente parece liberar tensiones acumuladas. A diferencia de otros balnearios más enfocados en la diversión ruidosa, aquí el ambiente invita al silencio, a la introspección y al descanso.

Un espacio diseñado para la tranquilidad familiar

Lourdes no es un parque acuático tradicional. Su propuesta es clara: ofrecer un ambiente sereno donde predominen el descanso y la convivencia tranquila. Por ello, no cuenta con grandes toboganes ni atracciones estruendosas. En su lugar, hay espacios amplios, albercas termales rodeadas de vegetación, zonas para niños con chapoteaderos y áreas de juego sencillas, además de senderos naturales para caminar en calma.

El ambiente es plenamente familiar. Es común ver a varias generaciones compartiendo el mismo espacio: abuelos tomando el sol, niños jugando en el agua tibia, padres leyendo bajo una sombra o preparando alguna comida en las áreas comunes. Esta armonía entre generaciones es parte del espíritu del lugar.

Comodidad sin lujos: hospedaje, naturaleza y bienestar

El complejo cuenta con 36 habitaciones que ofrecen una estancia cómoda sin pretensiones. Cada una tiene baño privado, televisión, aire acondicionado y vista a los jardines, al río o a los cerros que rodean la propiedad. Si bien su decoración es sencilla, el entorno hace que cada mañana despierte con el canto de los pájaros y el sonido constante del agua corriendo.

Además de las albercas, el centro vacacional dispone de jacuzzis al aire libre, baños de vapor, spa con masajes y tratamientos, y áreas de descanso al aire libre. También se pueden realizar actividades como caminatas, ciclismo, rappel o juegos en sus canchas deportivas.

En el restaurante del hotel se sirven platillos típicos de la región potosina, ideales para recargar energía después de un baño prolongado. Además, hay jardines y áreas adaptadas para eventos sociales o celebraciones íntimas, como cumpleaños o aniversarios familiares.

Opciones de visita para todos los gustos

Lourdes puede disfrutarse de distintas maneras. Para quienes desean una experiencia completa, está la opción de hospedarse con paquete que incluye desayuno, comida y acceso a todas las instalaciones. En ese caso, el precio por persona varía, pero suele incluir los servicios básicos y acceso a las aguas termales.

Sin embargo, también existe la posibilidad de visitar por el día con un pase especial. Esta modalidad es ideal para quienes desean escaparse unas horas para relajarse sin necesidad de pernoctar. El pase diario da acceso a las albercas, jacuzzis y áreas comunes, y se puede complementar con comida en el restaurante.

En ambos casos, la experiencia es grata. Los visitantes destacan especialmente la atención del personal, la limpieza del lugar y la sensación de seguridad y paz que se percibe en todo momento.

Rodeado de naturaleza y cultura

El entorno natural que rodea el balneario es uno de sus grandes atributos. Las montañas bajas, los campos abiertos y la vegetación típica del semidesierto potosino crean un paisaje sereno que invita a la contemplación. Es común encontrar aves silvestres, mariposas y otras especies que acompañan el andar por los senderos.

Cerca del centro vacacional se encuentran también lugares de interés, como la antigua Hacienda La Labor del Río o el Cerro El Pilón, que ofrece una vista privilegiada de la región para quienes se animen a la caminata. Estos atractivos pueden complementar perfectamente la visita, añadiendo un toque cultural o de aventura ligera al viaje.

Un balneario distinto en San Luis Potosí

En un estado que cuenta con varios balnearios termales, el Centro Vacacional Lourdes se distingue por su perfil más sereno y natural. Mientras otros centros apuestan por la diversión masiva y las atracciones ruidosas, Lourdes mantiene una atmósfera de recogimiento, ideal para parejas, familias y personas que buscan bienestar físico y emocional.

La historia del lugar, su conexión con el agua mineral que se embotella desde hace décadas, y el enfoque en la salud y el descanso lo convierten en una alternativa atractiva para quienes desean algo más que un día de alberca.

Consejos para disfrutar al máximo tu visita

Si planeas visitar Lourdes, es recomendable reservar con anticipación, especialmente si deseas hospedarte. Lleva ropa ligera, traje de baño, sandalias y bloqueador solar. Si vas solo por el día, procura llegar temprano para aprovechar mejor las instalaciones. Y si eres amante de la fotografía o del contacto con la naturaleza, no olvides tu cámara o binoculares.

Un lugar para recargar cuerpo y espíritu

El Centro Vacacional Balneario Lourdes no solo ofrece baños termales: ofrece una experiencia integral de descanso, tradición e intimidad con la naturaleza. Es el tipo de lugar que deja huella, no por sus lujos ni por su espectacularidad, sino por la paz que transmite, por la calidez de su gente y por la sensación de haber regresado a lo esencial.

Ya sea por un día o por un fin de semana completo, Lourdes es una invitación a hacer una pausa, respirar profundo y dejar que el agua y el tiempo hagan su trabajo.

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Balneario Hotel de Lourdes

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