El Balneario Ejidal Las Fuentes, ubicado en el municipio de Jiutepec, Morelos, representa una fusión singular entre la naturaleza viva, la memoria histórica y el esfuerzo comunitario. Este espacio cobra vida gracias a los manantiales de agua helada que brotan de los deshielos del volcán Popocatépetl, cuyas aguas mantienen una temperatura promedio de 2 °C.

Este fenómeno natural no solo ofrece una experiencia refrescante en pleno calor morelense, sino que conecta con una historia que se remonta a tiempos prehispánicos.

Ya desde épocas ancestrales, estos manantiales eran considerados fuente de vida por las comunidades indígenas del altiplano. Posteriormente, durante el Segundo Imperio Mexicano, el lugar fue acondicionado por iniciativa del emperador Maximiliano, quien mandó construir estanques para la cría de trucha, aprovechando la calidad y la baja temperatura del agua. Algunas de estas estructuras aún perduran y son parte del atractivo del balneario, no sólo como espacio recreativo, sino también como testigo silencioso del pasado.

Proyecto ejidal con sentido social

En tiempos más recientes, la comunidad ejidal de Jiutepec decidió tomar en sus manos este espacio natural para convertirlo en un lugar de recreación accesible para todos. Así nació el Balneario Ejidal Las Fuentes, un proyecto con un fuerte componente de identidad local y economía solidaria. Construido con recursos de la propia comunidad, el balneario busca conservar el ecosistema del manantial, ofrecer espacios seguros y agradables para el esparcimiento, y generar beneficios económicos para los habitantes de la región.

A diferencia de otros parques acuáticos que se orientan al turismo masivo, este balneario conserva una atmósfera sencilla, relajada y familiar. Aquí no hay espectáculos ruidosos ni largas filas, sino árboles frondosos, senderos tranquilos, sombra fresca y pozas naturales que invitan a una convivencia armoniosa con el entorno.

Atracciones sencillas pero memorables

El principal atractivo del balneario son sus albercas alimentadas directamente por el manantial, lo que garantiza agua cristalina, renovada y naturalmente fría durante todo el año. El choque térmico que se experimenta al sumergirse en estas aguas es revigorizante, y muchas personas lo consideran terapéutico, especialmente durante los meses más calurosos.

Las albercas son de profundidad variable, pensadas para todas las edades. Hay pequeños toboganes ideales para niños y adolescentes, así como zonas menos profundas para los más pequeños. Aunque no se trata de un parque acuático de grandes dimensiones, la sensación de estar nadando en agua de manantial bajo el cielo abierto y rodeado de naturaleza no tiene comparación.

Áreas verdes para relajarse y convivir

Uno de los elementos más valorados del balneario es su amplia zona de áreas verdes, donde los visitantes pueden extender mantas, instalar mesas de picnic o simplemente recostarse bajo los árboles. Este espacio invita al descanso, a la lectura, a la conversación tranquila o a compartir alimentos en familia, lejos del bullicio citadino. La sombra de los árboles proporciona un alivio constante y natural, mientras el murmullo del agua y el canto de las aves completan una atmósfera apacible.

El lugar está bien organizado, con caminos definidos, áreas limpias y disposición para grupos grandes. No es raro ver a familias enteras celebrando cumpleaños o reuniones escolares, especialmente los fines de semana o en vacaciones.

Servicios básicos pero funcionales

Aunque su infraestructura es sencilla, el balneario cuenta con todos los servicios esenciales: baños, regaderas, vestidores y estacionamiento gratuito. Se permite la entrada con alimentos, lo cual lo hace aún más accesible para familias que desean pasar todo el día sin gastar de más. Algunos puestos locales venden antojitos, refrescos y golosinas, sobre todo en temporada alta.

La limpieza del lugar es notoria y responde al cuidado que los propios ejidatarios y visitantes habituales han aprendido a mantener. Se promueve un ambiente respetuoso, donde se valora el espacio común y se evita el consumo excesivo de bebidas alcohólicas o la música a alto volumen.

Tarifas accesibles para todos

Una de las mayores virtudes del Balneario Ejidal Las Fuentes son sus precios solidarios. El costo de entrada es muy bajo comparado con otros balnearios de la región: alrededor de 40 pesos para adultos y 20 pesos para niños. Esto permite que más familias locales puedan disfrutar del espacio sin que el presupuesto sea un impedimento. Abre todos los días de 7:00 a 19:00 horas, por lo que es posible aprovechar la jornada completa sin prisas.

Esta accesibilidad económica, sumada al contacto directo con la naturaleza, ha hecho del lugar un favorito entre estudiantes, trabajadores y adultos mayores que buscan refrescarse, relajarse y compartir en comunidad.

Un refugio cultural y ecológico

Además de ser un balneario, Las Fuentes funciona como refugio de la memoria histórica local. Los restos de los estanques utilizados durante el Segundo Imperio para la truchicultura aún pueden observarse, añadiendo un componente cultural a la experiencia de visita. Caminar entre árboles centenarios y estructuras antiguas permite al visitante conectar con un pasado poco difundido, pero muy presente en la cotidianidad de Jiutepec.

Por su carácter ejidal, el balneario es también un ejemplo de turismo comunitario sostenible. No se trata solo de nadar o hacer un picnic, sino de integrarse, aunque sea por unas horas, en una forma diferente de gestionar los recursos naturales y el ocio.

Ideal para un día de campo o ruta cultural

El Balneario Ejidal Las Fuentes es perfecto para una escapada de un día desde Cuernavaca o la Ciudad de México. También puede integrarse como parte de una ruta cultural por Jiutepec y sus alrededores, que incluya la visita al ex convento franciscano, la hacienda de Atlacomulco o la zona arqueológica de Las Pilas.

El balneario no pretende competir con grandes desarrollos turísticos, sino ofrecer una alternativa honesta, accesible y profundamente humana. Es un sitio donde el visitante puede desconectarse del ritmo acelerado de la ciudad y reconectarse con la naturaleza, la historia y la comunidad.

Una joya local por descubrir

En tiempos donde la autenticidad es cada vez más valorada, Las Fuentes representa una joya discreta que aún no ha sido absorbida por el turismo masivo. Su propuesta es clara: aguas puras, ambiente tranquilo, precios justos y respeto por el entorno. Para quienes buscan algo más que toboganes estridentes o albercas artificiales, este lugar ofrece una experiencia genuina, con el sabor de la comunidad que lo mantiene vivo.

Si estás planeando una escapada sencilla, económica y significativa, no dudes en visitar el Balneario Ejidal Las Fuentes. Descubrirás un lugar donde el agua brota de la montaña con la misma fuerza que la historia y el compromiso comunitario que lo sostiene. .

Localizado a unas calles del centro de Jiutepec, en Morelos, se encuentra el Balneario Ejidal Las Fuentes, el cual atesora un cúmulo de historia y bellezas silvestres que data desde los tiempos prehispánicos, cuando el lugar se constituyó en un pilar para el crecimiento de la población, con la construcción de enormes haciendas como la de San Gaspar y la de Nuestra Señora de Los Dolores.

Las aguas de Las Fuentes provienen de los deshielos del Popocatépetl, por lo que se encuentran a muy baja temperatura, aproximadamente a 2°C; se pueden disfrutar en varias albercas y toboganes, o reducir sus efectos tomando el sol en las numerosas áreas verdes y en las zonas acondicionadas para que las familias tengan deliciosos días de campo bajo la grata sombra de los árboles.

Horario

Lunes a domingo de 07:00 a 19:00.

Tarifas

Adultos: $40

Niños: $20

Contacto

Teléfono: 01(777) 319 1473

Ubicación

Paseo de las Fuentes s/n, Pedregal de Las Fuentes, Jiutepec, Morelos

Balneario Ejidal Las Fuentes


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