Muchas de las haciendas más admirables de México han sido convertidas en esplendorosos hoteles, con elegantes habitaciones, lujosos restaurantes y una gran oferta gastronómica, todo en medio de jardines y fuentes, en los estados más hermosos de la República Mexicana.
Saber cómo llegar a estos hoteles hacienda permite experimentar la nostalgia y el saber del México de otros tiempos, pero con las comodidades, ventajas tecnológicas y actividades lúdicas de la realidad contemporánea.
Quienes deciden pasar un tiempo de descanso en estas formidables construcciones tienen la oportunidad de reposar en un ambiente de albercas, fuentes de cantera, obras de arte, finas antigüedades y mobiliario de época. Además, por su atractiva localización en la provincia mexicana, ofrecen a sus huéspedes la posibilidad de hacer agradables tours a sitios cercanos de gran belleza e interés turístico. Tanto quienes gustan del turismo cultural, como los afectos al ecoturismo y al descanso sin límites, tienen en las
haciendas de México una oportunidad insoslayable.
Para descubrir las fascinantes haciendas que hay en México es preciso utilizar las diferentes vías de transporte que existen en el país. Considerando que puede pensarse a México como dividido en cuatro amplias regiones: la norte, occidente, golfo y sur, es necesario valerse, por ejemplo, de la vasta red de carreteras mexicanas. Tanto las de cuota, libres, federales o regionales son útiles para conducirnos hasta donde se encuentre la hacienda que queramos conocer.
Si se piensa utilizar como medio de transporte la red de autobuses, es importante saber que existen cuatro grandes terminales en la capital del país, con salidas a prácticamente todos los estados y lugares importantes de la República. Estas terminales son la del Norte, la del Sur, la Poniente y la popular Terminal Oriente Tapo. También se puede hacer estos recorridos en automóvil propio o rentado, en avión o incluso en motocicleta o bicicleta.
Las haciendas de México son, en definitiva, admirables vestigios de importantes periodos de la historia nacional, los cuales se proyectan como ámbitos ideales para cautivar a quienes las visiten.