Puerto Vallarta, un refugio en el Pacífico

Esta hermosa ciudad originalmente se llamaba Las Peñas, pero cambió su nombre el 5 de junio de 1918 en honor a un exgobernador del estado de Jalisco, Ignacio Luis Vallarta. Fue fundada relativamente tarde en comparación con muchas otras de México, que datan del siglo XV e incluso del XIV. Los fundadores fueron Guadalupe Sánchez Torres y su esposa Ambrosia Carrillo, junto con algunos amigos del matrimonio como Apolonio de Robles, Martín Andrade, Cenobio Joya y Cleofás Peña entre otros. A partir de mediados del siglo XX, la población creció considerablemente debido a que llegaron numerosos habitantes extranjeros e incluso de otros estados de México, fue entonces que se convirtió en una ciudad moderna, aunque conserva muchas edificaciones de su época colonial.


Infraestructura del turismo


El turismo es la principal actividad económica de esta pequeña ciudad. La razón de esto no es porque se haya explotado, sino porque adquirió fama debido a su tranquilidad y porque es una ciudad muy acogedora. Aunque no haya sido desarrollado por el FONATUR (Fondo Nacional de Fomento al Turismo), es actualmente la segunda zona turística más importante del estado de Jalisco y un gran centro turístico del país. Con respecto a la importancia de sus playas, se encuentra en el cuarto lugar dentro de México.


Una ventaja que presenta para los turistas es su fácil acceso, ya que, a pesar de su corta extensión, cuenta con un aeropuerto internacional. Este factor hace que los vuelos a Puerto Vallarta sean mucho más accesibles, ya que no es necesario contratar un traslado demasiado caro y hay mucha mejor oferta para satisfacer la demanda.


Además al ser considerada una prolífica zona turística, se han realizado importantes inversiones de bienes raíces en la región y en la ciudad. Al haber más habitaciones disponibles per cápita, los hoteles en Puerto Vallarta son un tanto más económicos que otros destinos más exclusivos, aunque el ambiente de la ciudad continúa siendo bastante familiar.



Playas


Podría decirse que las playas es el principal atractivo que posee Puerto Vallarta. Cuenta con ocho en total, aunque el acceso está prohibido en algunas debido a que es peligroso, ya que hay muchas piedras volcánicas filosas y no son aptas para el baño. Las playas turísticas más importantes son:


Playa de los Muertos, la más famosa y más visitada de la ciudad, tiene arena blanca y una importante zona hotelera. De sus puertos parten barcos privados y yates. Y, además, uno de sus más importantes atractivos es una zona gay exclusiva que ofrece muchas actividades.


En Boca de Tomates está la parte gastronómica de la costa. Aquí se encuentran casi todos los restaurantes más importantes de la ciudad, que ofrecen gastronomía de todo tipo, desde la más refinada cocina francesa, hasta la comida típica de la región.


Aparte de estas dos grandes playas están: Conchas Chinas, Playa de los Camarones, Boca de Tomatlan, Playa Garza Blanca y Playa Mismaloa. Todas se encuentran relativamente cerca, aunque son bastantes distintas. Mientras que algunas tienen naturaleza virgen, otras ofrecen todo tipo de atracciones.


Plazas comerciales


Puerto Vallarta cuenta con una gran cantidad de shoppings y lugares para comprar lo que desee, para dar un paseo entre las tiendas, ir al cine e incluso tomar algún vino fino en una bodega y comer algo de comida rápida. Algunos de los más importantes son: Plaza Marina, Galerías Vallarta, Macroplaza Vallarta, Zona rosa y el Malecón de Puerto Vallarta. Para quienes desean comprar en tiendas más exclusivas y caras, también está La Isla, que tiene marcas como Hugo Boss, Armani, Louis Vuitton y un Cinépolis VIP.


Puerto Vallarta es un lugar especial porque tiene todo esto y más para ofrecer. No podríamos mencionar específicamente cada una de sus maravillas, pero creemos que logramos encuadrar el espíritu de la ciudad y sus habitantes con un boceto, a grandes rasgos, de las principales características. Creemos que su principal ventaja es la paz que envuelve a este pequeño reducto de riscos naturales y acantilados hacia el mar que, aunque atrae a miles de turistas al año, conserva esa indescriptible aura de misterio y encanto.

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