Los
balnearios de México son abundantes y muy variados. Muchos de ellos se benefician de las condiciones geográficas de los sitios donde se localizan. Una constante de todos ellos es que cuentan con un clima muy agradable, mismo que hace las delicias de quienes los visitan.
Además, algunos de los mejores balnearios tienen aguas termales. Sumergirse en ellas es una experiencia tanto entretenida como terapéutica.
Los balnearios mexicanos de aguas termales ofrecen una alternativa vacacional muy distinta a la de los parques acuáticos. Estos últimos se enfocan más en la diversión de los vacacionistas, mientras que los primeros son aconsejables para la relajación y la recuperación de la salud.
Buena parte de los balnearios de aguas termales del territorio nacional se encuentran en el corredor que se extiende desde las comunidades de
Huichapan y Tecozautla, y por esta razón se le conoce entre los lugareños como “el oasis hidalguense”. Por la temperatura que tienen sus aguas termales, que ronda los 38 grados centígrados a lo largo del año, se pueden visitar en cualquier mes.
Uno de los balnearios de aguas termales que poca gente se pierde al visitar el estado de Hidalgo es
El Géiser, por sus muchas atracciones, de entre las cuales sobresale, por supuesto, un formidable géiser, al cual los vacacionistas se aproximan para acceder a los beneficios del vapor de agua expelido.
También aconsejable es
El Oasis, balneario de aguas termales que cuenta con instalaciones proyectadas especialmente para el disfrute de los pequeños vacacionistas;
El Arenal no se queda atrás en opciones para el disfrute y bienestar de los visitantes. Por ejemplo, tiene varias albercas de aguas con una temperatura de 38 grados centígrados, una alberca familiar con un área de hidromasaje, un
área para campamentos, y un muro para practicar la escalada en roca.
Los balnearios de aguas termales son de los mejores parques de este tipo en México, por ser fuente de gran satisfacción para todas las personas que los visitan. Familias enteras acuden a ellos, para hallar tanto esparcimiento como relajación e incluso una vía terapéutica para muchas molestias corporales. Gente de todas las edades aprovecha las bondades de los balnearios de aguas termales para fomentar la convivencia familiar, pero también para experimentar un cercano contacto con la naturaleza, ya sea sintiendo plenamente la calidez y riqueza mineral de las aguas azufrosas, o bien, en los ambientes silvestres donde surgen estos manantiales.