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Las haciendas de Mexico

Nota sobre Las haciendas de Mexico

Las haciendas de México surgieron a lo largo del periodo de la Colonia y en los siglos inmediatos. Lo que producían estaba condicionado por la calidad de las tierras y el clima imperante en la región. Algunas se ocupaban a la ganadería, a la cosecha de trigo o de maíz, o al cultivo de agave para la elaboración del pulque.



Por ejemplo, los hacendados de Yucatán hicieron grandes fortunas con sus plantaciones de henequén, en tanto que los hacendados de Zacatecas explotaban las zonas montañosas del estado en busca de plata y otros metales preciosos.



A partir de 1910, la Revolución Mexicana afectó a muchas haciendas, pues varias de ellas fueron saqueadas u ocupadas por las tropas de los caudillos. En algunos casos, una vez que pasaron los conflictos les fueron devueltas a sus propietarios. Varias de las más importantes han sido preservadas hasta la actualidad, o bien, sometidas a una profunda restauración para ser convertidas en elegantes hoteles para el disfrute de viajeros y turistas.



Al ser recuperadas, las haciendas de México recobraron su antiguo esplendor, y en su faceta de centros de hospedaje y descanso cumplen cabalmente con las expectativas de sus huéspedes y visitantes. Varias haciendas mexicanas cuentan con campos de golf o excelentes servicios de spa. Su propuesta, desde una perspectiva turística, es combinar la historia con el turismo cultural para disfrute de las personas que las descubren.



Las haciendas en México aparecieron durante el periodo virreinal y continuaron proliferando durante mucho tiempo. Estas eran grandes propiedades rurales que tenían como objetivo principal la producción agrícola y ganadera.



La ubicación y el clima de cada región en México influían en el tipo de actividades que se desarrollaban en las haciendas. Algunas haciendas se dedicaban a la ganadería, criando y cuidando ganado bovino, ovino o porcino. Estas haciendas tenían extensas áreas de pastoreo y producían carne, leche, cuero y otros productos derivados del ganado.



Otras haciendas se enfocaban en el cultivo de diferentes productos agrícolas. En las regiones con tierras fértiles y adecuado clima, se cosechaba trigo y maíz. Estos cultivos eran fundamentales para la alimentación del país y también se utilizaban para la producción de harina, aceites y otros derivados.



Además, el cultivo de agave, especialmente en el centro de México, era una actividad importante en algunas haciendas. El agave se utilizaba para producir pulque, una bebida alcohólica tradicional. El proceso de producción de pulque incluía la extracción del jugo del agave y su fermentación.



el cultivo de agave en el centro de México, particularmente en regiones como el altiplano y los valles de Hidalgo, Tlaxcala y Puebla, fue una actividad relevante en algunas haciendas. El agave utilizado principalmente para la producción de pulque es conocido como Agave salmiana, aunque también se utilizaban otras especies de agave.



El proceso de producción de pulque comenzaba con la extracción del jugo dulce del agave, que se obtenía cortando el corazón de la planta, conocido como "maguey" en el caso del agave salmiana. Se realizaba un corte en la base de las hojas y se recolectaba el líquido que fluía hacia el centro de la planta. Este jugo contiene azúcares fermentables.



El jugo extraído del agave se fermentaba naturalmente debido a la presencia de levaduras presentes en el ambiente. El proceso de fermentación convertía los azúcares en alcohol, creando así el pulque. La fermentación del pulque es un proceso rápido y se lleva a cabo en recipientes abiertos o en barricas de madera.



El pulque es una bebida tradicional mexicana con un sabor ligeramente dulce y un bajo contenido alcohólico. Históricamente, el pulque ha tenido un significado cultural y social importante en México, y su consumo se remonta a tiempos prehispánicos. Durante el periodo colonial, la producción de pulque fue una actividad económica relevante en algunas haciendas, y muchos trabajadores agrícolas y pobladores locales estaban involucrados en su producción.



Hoy en día, aunque el consumo de pulque ha disminuido en comparación con épocas pasadas, aún se puede encontrar en algunas regiones de México y sigue siendo apreciado como parte de la tradición y la cultura mexicana. Es importante mencionar que, durante el periodo colonial, las haciendas también estaban asociadas con la producción de añil, azúcar, cacao y otros productos de alto valor comercial.



Así entonces, las haciendas en México se dedicaban a una variedad de actividades agrícolas y ganaderas, dependiendo de la región y las condiciones naturales. Estas propiedades desempeñaron un papel crucial en la economía del país durante varios siglos.



Haciendas como la de Temozón, San José Cholul, Santa Rosa de Lima, Xcanatúnde los SantosSan Gabriel de las Palmas y de Cortés, por mencionar solo algunas de las más relevantes, después de cambiar de propietarios en numerosas ocasiones, ser objeto de expropiación por parte del gobierno, abandonadas por completo o rematadas, actualmente funcionan como hoteles, algunos de ellos de lujo y con comodidades y servicios excelentes.



Otras simplemente brindan un hospedaje digno, eficiente y accesible para todos. Lo que sí comparten todas las haciendas de México transformadas en hoteles es la voluntad de combinar arquitectura y naturaleza para la creación de espacios sugestivos, capaces de fascinar a los turistas más exigentes con su notable ambiente de sensualidad.



Ciertamente, muchas de las antiguas haciendas en México han sido transformadas en hoteles, conservando su arquitectura histórica y ofreciendo experiencias únicas a los visitantes. Algunas de las haciendas mencionadas, como Temozón, San José Cholul, Santa Rosa de Lima, Xcanatún, de los Santos, San Gabriel de las Palmas y de Cortés, han sido reacondicionadas para funcionar como hoteles, tanto de lujo como de hospedaje accesible.



Estos hoteles en haciendas permiten a los visitantes sumergirse en la historia y la belleza de estos lugares emblemáticos. La combinación de la arquitectura colonial con la belleza natural que las rodea crea un ambiente sugerente y cautivador para los turistas.



Los hoteles en haciendas de lujo ofrecen servicios excelentes y comodidades de alta calidad para satisfacer las demandas de los turistas más exigentes. Estos establecimientos suelen contar con spas, restaurantes gourmet, piscinas, jardines bien cuidados y otras amenidades de lujo. Son destinos ideales para aquellos que buscan una experiencia exclusiva y sofisticada.



Por otro lado, también existen hoteles en haciendas que se enfocan en brindar un hospedaje digno, eficiente y accesible para todos los visitantes. Estos establecimientos ofrecen una experiencia más sencilla y asequible, pero aún conservan el encanto histórico y la conexión con la naturaleza que caracteriza a las haciendas.



En general, la transformación de las haciendas en hoteles ha permitido preservar el patrimonio cultural y arquitectónico de México, al tiempo que ofrece a los turistas la oportunidad de experimentar la historia y la belleza de estos lugares de una manera única. Los espacios sugestivos y el ambiente sensual de las haciendas convertidas en hoteles atraen a una amplia gama de visitantes interesados en explorar la riqueza histórica y la belleza natural de México.