Guía para mantener una relación sentimental en el trabajo

En contra de la creencia popular, las relaciones sentimentales entre compañeros de  trabajo es algo mucho más común de lo que se cree, debido a que el constante acercamiento y el intercambio de ideas y opiniones durante las jornadas diarias terminan creando en ocasiones lazos afectivos muy sólidos, y a la larga, relaciones afectivas amorosas.


Estos aspectos diarios pueden suscitarse sin importar el pasado de los involucrados o sus gustos particulares, por ejemplo, salidas previas con una escort online, anteriores noviazgos  o algo parecido.


Sin embargo, un ambiente de trabajo es muy diferente a un ambiente informal o familiar, se debe de mantener las distancias, los comportamientos y los gestos afectivos al mínimo y no entorpecer las funciones laborales de los involucrados, y no siempre es fácil porque dominar los sentimientos es algo difícil.


¿Existe algún código o guía que podamos utilizar para asegurar que esta relación sentimental no entorpezca la dinámica diaria? Afortunadamente la respuesta es positiva.


Guía para mantener una relación sentimental en el trabajo


Hay estudios, tanto formales como informales, que pueden arrojar ciertas luces de por qué surgen este tipo de relaciones dentro de las empresas. El portal latinoamericano de citas Dulzon.net decidió encuestar de manera informal a un grupo de usuarios y los resultados fueron interesantes.


Más del 30% de los encuestados aseguraron haber tenido algún tipo de relaciones con algún compañero de trabajo, ya sea sexual o sentimental. En los establecimientos donde dichas relaciones eran más propicias en fábricas, restaurantes, bodegas, bancos o lugares donde había gran número de empleados.


El truco, según los resultados de la encuesta, es mantener una eficiente gestión de las emociones y evitar contactos afectivos, comportamientos apasionados o gestos que puedan delatar que existe algo más que relaciones laborales.


A manera “didáctica”, las respuestas de los usuarios encuestados sirvieron para idear una guía práctica:



Cuando la jerarquía laboral es equitativa y las relaciones laborales no estorban la una a la otra, entonces se puede experimentar respetando, obviamente, los límites dentro de las áreas de trabajo, eso sí, manteniendo un nivel de discreción en todo momento.



Aquí entramos dentro del viejo cliché de “el jefe y la secretaria” tan extendido en la cultura popular, pero no porque se trate de un chiste significa que no exista.


Sin duda se trata de una situación muy delicada porque implica una serie de problemas copartícipes graves, entre ellos conflicto de intereses, pérdida de objetividad por parte del superior, ventajismo al momento de evaluar ascensos, descontrol gerencial y pérdida de responsabilidades al momento de encargar tareas.


Aquellos que se involucran en este tipo de situaciones deben de ser mucho más discretos y tener mucho más cuidado porque el daño reputacional para ambos es muy alto. 


A diferencia del idilio que puedan tener dos compañeros afines, si los sentimientos prosperan entre un superior y una empleada se afianzan hasta llegar a algo mucho más serio como el matrimonio, lo ideal es que alguno de los dos renuncie a su cargo porque de lo contrario pondrían en tela de juicio la imparcialidad de los involucrados.


Más complicado de lo que se cree


Adecco Colombia, una de las empresas más importantes a nivel de recursos humanos del país neogranadino, afirmó que en un estudio comparativo más del 55% de los hombres participantes aseguró sentir alguna vez atracción por alguna compañera de trabajo y al menos el 85% han tenido compañeras ocasionales de encuentros sexuales fortuitos en algún trabajo.


Cuando se les preguntó por qué arriesgaban sus trabajos por vivir una aventura, los encuestados aseguraron que el factor riesgo representaba un componente muy excitante que les parecía irresistible.


La situación se complica aún más porque la legislación latinoamericana en su mayoría no prohíbe expresamente que los empleados puedan relacionarse sexual o afectivamente, pero muchas empresas sí establecen un código de comportamiento más estricto precisamente para impedir que ese tipo de situaciones genere distracciones entre el personal.


Para Adecco, la solución ideal es brindar a los trabajadores herramientas emocionales que los ayuden a canalizar sus inquietudes y sentimientos encontrados de una manera más discreta y prudente dentro del ámbito laboral.


Los contra de una relación sentimental en el trabajo


Además del riesgo reputacional y de representar una distracción evidente, este tipo de relaciones suelen tener unos puntos en contra que al principio no se toman en cuenta y que a la larga generarán malestar:



Si la relación va bien nunca habrá problemas, pero cuando aparecen las peleas o desavenencias el ambiente laboral se enrarecerá y generará una pérdida de productividad.



Otro riesgo añadido es que las peleas terminan permeando en los compañeros o amigos comunes de la pareja que, quizás sin intención, terminarán tomando partido y por consiguiente roces y prejuicios.



Un trabajo puede ser un foco de gran estrés para cualquier empleado debido a presiones para cumplir tareas u obligaciones, y si a eso añadimos tener a la pareja encima discutiendo o peleándose por asuntos que nada tiene que ver con el trabajo, el desastre es inminente.



Otro punto problemático es cuando la pareja desarrolla una paranoia debido a que en cualquier momento puede ser descubierta, lo que se traduce en pérdida de la concentración por vivir pensando en la inminente captura in fraganti.



Este es otro problemón a nivel práctico: compañeros que viven una relación de pareja dentro de la misma empresa, pero cuyos ciclos laborales y vacacionales no coinciden, lo que a la larga puede provocar roces y problemas involuntarios.


No todo es tan malo


Sin embargo, Adecco sostiene que la mayoría de estos inconvenientes podrían resolverse no solo con las anteriormente mencionadas herramientas emocionales, sino logrando una mayor maduración como pareja, lo que significa buscar orientación y asesoría profesional.


Una vez superada esta etapa coyuntural de dudas u obstáculos y generada la suficiente madurez emocional, Adecco considera que existen incentivos que no se toman en cuenta en un principio que pudieran ser magníficos para una pareja que trabaje en una misma empresa.


En primer lugar, está la sana competencia entre ambos y la ayuda mutua para mejorar e ir ascendiendo los dos juntos dentro de sus respectivos escalafones con un objetivo claro de mejorar ambos simbióticamente.


Además de una sana competencia está el apoyo moral entre ambos para llegar temprano, superarse en sus deberes, demostrar probidad laboral y la suficiente madurez para ser los mejores en sus respectivos departamentos.


Una vez más la comunicación es clave


Adecco estima que la clave está en que la pareja encuentre un canal de comunicación efectivo para despejar cualquier inconveniente o imprevisto que pueda aparecer y que no afecte su aspecto laboral.


Como en casi todos lo problemas de pareja, esta falta de comunicación suele ser el principal obstáculo que impide que dicha relación alcance la plenitud y termine haciendo mella al momento de trabajar.


Por último, Adecco suele hacer unas preguntas incómodas: ¿vale la pena conservar ese trabajo o conservar la pareja? ¿Con cuál no se puede vivir? ¿Es ese trabajo más importante que la pareja? Dependiendo de las respuestas dependerá todo lo demás. 

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