Si hay algo que vale la pena ponderar de
las haciendas mexicanas, es que se prestan para disfrutar de gratos paseos de fin de semana.
A todo lo largo y ancho del territorio nacional existen hermosas construcciones de este tipo con gran antigüedad y belleza, que pueden ser disfrutadas en paseos de fin de semana, ya sea con toda la familia —por ejemplo, en las haciendas que funcionan como interesantes museos—, con los amigos —en las haciendas acondicionadas como parques balnearios— o con la pareja en escapadas románticas en las haciendas que se han transformado en cautivadores hoteles.